Espacio publicitario dedicado al "seguidor" de la semana

Pedro Marcos
Coach personal y ejecutivo
Coaching Taurino y para el Alto Rendimiento

http://www.efic.es/
pedromarcos@efic.es

martes, 23 de noviembre de 2010

Un cliente de coaching contando su experiencia (relato verídico)

Hace unos días asistí a unas jornadas sobre coaching y tuve la oportunidad y la suerte postrera de escuchar el testimonio de un coachee (cliente de coaching) en relación al proceso de coaching ejecutivo que había recibido tiempo atrás. Sin duda su coach (que estaba presente) bien podría estar orgulloso del trabajo hecho, pero si cabe más, habría de estarlo el protagonista del siguiente relato verídico (salvo nombres y referencias). Es un poco largo pero merece la pena porque además ofrece claridad desde un punto de vista no muy utilizado, el punto del vista del cliente.

¡Que lo disfrutes!

Buenas tardes a todos.

Mi nombre es MJ y soy un ejecutivo, especialista en seguros, que trabaja en C en una Compañía líder en su sector. Manejo un presupuesto anual de más de 20 millones de euros y soy responsable de la asistencia sanitaria que reciben en mi provincia más de 40.000 personas. Leo esta disertación, ya que mi especialidad no es la oratoria publica sobre el coaching, de esta manera intentaré no olvidar nada de mis experiencias.

Hace cuatro años mi empresa se embarcó en un proceso de formación muy intenso. El proyecto incorporaba sesiones de coaching para sus ejecutivos y ese es el motivo que me hace estar con ustedes.

¡Que difícil compromiso, comentar en este auditorio, una experiencia como la de haber participado en un proceso formativo, donde el núcleo giraba en torno al coaching!.

¡Difícil, y apurado también, cuando en la misma mesa se sienta quién durante varios meses ha compartido tus experiencias de trabajo y dirigido tu proceso de coaching, JM! Por eso antes de comenzar permítanme dirigirme a él y solicitar su venia y de ustedes su indulgencia…

Hace esos cuatro años, una persona me saludaba jovial en un despacho y se sentaba a mi lado para explicarme que seria mi coach y me acompañaría hacia un viaje extraño, al que no sabía muy bien si quería ir… era un viaje hacia el interior de mi mundo laboral, pero en el rozaríamos sensibilidades más personales…

Francamente, aquella primera reunión me produjo mucha inquietud: “No irás a analizarme” preguntaba inquieto… ¿tienes que hacer un informe de mí? ¿Hablar de que? Era el temor a ser invadido o psicoanalizado: a estas alturas de mi vida profesional me parecía inaudito!!! Que mi empresa contratara un psicólogo para mí, cuando menos era increíble!!! También entendía que mi rendimiento estaba en su punto álgido y no había mermado: 20 años de experiencia, un dominio apreciable del negocio y varios reconocimientos y diplomas me hacían encogerme de hombros, escéptico sobre la aventura en la que mi empresa me embarcaba… Me encontraba seguro en mi prestigio profesional.

¿Qué me van a enseñar más? ¿Es que no hago ya cursos y me reciclo? ¿Mi actitud no es favorable hacia mi empresa y me dedico a ella lo suficiente?

Todas estas cuitas y preguntas se disponían en mi mente, una tras otra con inquietud.

Después descubriría que todas aquellas sensaciones no eran más que mis reticencias al cambio o mi lucha contra las creencias negativas. Un mundo de emociones que tendría que dominar e incluso aprovechar en lo que era un estilo de liderazgo por inteligencia emocional, según me habían enseñado.

Como no sabía que era el coaching, curioso, me sumergí en la búsqueda en Internet de lo que quería decir esta palabra. La verdad es que entonces no había mucha literatura disponible, hoy preparando esta pequeña charla, la misma búsqueda me ha hecho ver que existe un avance intenso en estas experiencias, no solo en el mundo laboral, también adaptadas a otros ámbitos de la vida.

Decía Jean Paul Sartre que “Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace”. Creo que el proceso de coaching pretende que uno recupere ese amor por lo que uno hace. Esa intensidad vital con la que se afronta la vida laboral y sus retos del día a día. En este pensamiento de Sartre encuentro mi definición personal de mi coaching empresarial, aunque podemos obtener otras más académicas o generales y disponibles para todo el mundo, como las que definen que:
El Coaching es un proceso de entrenamiento individual concebido para ayudar a personas, grupos u organizaciones a alcanzar sus objetivos. Estas, evidentemente, aportan bien poco, son frías, distantes de la realidad del proceso, que recuerdo como intenso.
Existen definiciones más prosaicas, como las que he encontrado en la lectura de un psicólogo argentino, Leonardo Wolk, que define el coaching como el arte de soplar brasas… una figura retórica preciosa que nos deja en la mente ideas confortables como puede ser la de un fuego que renace y que es también el brillo de la ilusión en el profesional agotado o sin estímulo… el ardor de sus comienzos sigue allí, como describe este autor, maravillándose cuando lo encuentra en sus coachees.

Como saben, el proceso se lleva a cabo mediante sesiones periódicas y confidenciales en las que el coachee tiene la oportunidad de descubrir y potenciar sus puntos fuertes, identificar sus verdaderas necesidades y recursos, detectar sus juicios y creencias limitadoras y plantearse metas y objetivos acordes con sus valores.

En mi caso, el desarrollo en temas troncales generales y también específicos, recibiendo formación y luego reforzada en sesiones de coaching, revisando la aplicación de lo aprendido, analizando los resultados y las dificultades en la práctica, fueron fundamentales para obtener el máximo beneficio de la formación recibida.

Recuerdo aun hoy (y me lo repito mentalmente muchas veces al día) una frase de Einstein sobre la que trabajamos profundamente y que nos conduciría al abordaje del mundo de las creencias, “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.

Me quejaba de que no obtenía de mi equipo, mis superiores y compañeros resultados distintos, que siempre era la misma disposición y aun no me había dado cuenta que el que enfrentaba las circunstancias laborales de la misma manera era yo.

Trabajar sobre el estilo epistolar, anotar los resultados, comprobar los efectos de enfrentarse a los asuntos con una disposición distinta, arrojaba distinto resultado que hasta entonces. Todavía me recrimino cuando veo que obtengo idénticos resultados: “No hagas siempre lo mismo” y espero y consigo resultados distintos…

Luego, esta frase la he ido sustituyendo por otra también que encuentro muy juiciosa y plenamente vigente para un liderazgo emocional: “Intenta no volverte un hombre de éxito, sino un hombre de valor”. Esto es así porque entiendo que el proceso de coaching es un proceso de asunción de responsabilidad.

El coach sabe que esta consideración es crucial y por ello mientras el coachee siga creyendo que sus problemas son consecuencia de los factores externos, el proceso no tendrá eficacia. No sirve decir “mi jefe es injusto”, me reconozco como victima y cierro toda posibilidad de acción (será mi jefe el que tenga que cambiar de actitud) delego en el un poder que también está en mis manos, pero si digo “no se que hacer para que mi labor sea reconocida” declaro mi incompetencia y me abro a posibilidades de acción que puedo ejercer personalmente.

El coach te guía en este proceso de autodescubrimiento, te ayudará a formular un plan de acción a medida y estimulará a que se realicen los cambios necesarios para ver cumplidos deseos, proyectos y aspiraciones.

Un coach no es un psicólogo, un consejero o un consultor. Es un aliado que te acompañará y enseñará a obtener resultados en profesionales que se sienten atrapados, desmotivados e incluso con sentimientos de incompetencia ante circunstancias difíciles o de cambio.

De esas difíciles circunstancias de cambio puedo dar fe, que realicé el traslado de sede de trabajo de una ciudad a otra. Afrontando el cambio en toda su dimensión y reconociendo las fases necesarias para asumirlo, con ayuda del coach, hasta encontrar la conclusión de que cada cambio es una oportunidad que se nos brinda.

En esos momentos y de manera singular, mi coaching alcanzó toda su dimensión, en unas circunstancias excepcionales en mi vida y que pude asimilar, aceptar. Esa disposición no solo me sirvió a mí, influyó en mi entorno de manera notable y el entusiasmo del día a día retornó a mi ánimo, mejorando los resultados no solo míos, sino de mi equipo, siendo reconocido por mis superiores.

Por ello, el Coaching empresarial permite mejorar y mantener la capacidad profesional con:
• Más claridad de los objetivos
• Mejor comunicación interna
• Más entusiasmo en el trabajo
• Más confianza en sus propias capacidades
• Más confianza en las habilidades del equipo
• Más interés en el uso de herramientas y sistemas adecuados.

Pero también es imperativo que el candidato para el Coaching desee recibirlo, que su disposición sea favorable y sea receptivo.

Para que esto sea posible, es vital que la dirección de la empresa establezca que recibir Coaching es un acto positivo y apoyado por la misma organización, como así sucedió en la mía, por el volumen de compañeros incorporados al proceso, la comunicación y la participación.

Los resultados contaron con el aval de nuestros superiores, que además en una reunión de cierre de este proyecto, respaldaron nuestro trabajo en un reconocimiento público, contagiados de ese nuevo espíritu (o renovado) que disfruta un ejecutivo tras un proceso de coaching.

Como resumen les diría que:

La persona que recibe Coaching demuestra interés hacia los otros en su mejora y compromiso con el aumento de su contribución. Es una manera efectiva de actuar con el fin de enfrentarse y actuar contra los problemas y dificultades.

El Coaching es la herramienta más potente para obtener más y mejores resultados sin aumentar el equipo en las empresas.

Un estudio internacional ha demostrado que ofrecer formación a los empleados puede aumentar sus resultados en un 22 % , mientras formación + Coaching aumenta los resultados hasta un 88 %.

Muchas gracias a todos.


Espero que te haya gustado

(Gracias MJ)

Pedro Marcos
www.efic.es

Autosaboteadores de nuestro propia meta

Antes de que sigas leyendo, te invito a ver y observar con ojos de "aprender" el enlace siguiente

http://www.youtube.com/watch?v=MmnimOoJeJ4

He de reconocer que la primera vez que lo ví, no pude parar de reirme viendo tal demostración de arte creativo-cómico, y de cómo de una manera inocente este chico se lo pasaba en grande delante de su portátil.

Sin embargo, tras verlo alguna que otra vez, me fuí dando cuenta que lo que estaba empezando a apreciar era la iniciativa de un chaval que sin buscarlo estaba siendo uno de los personajes más famosos de la red (creo que sumando visitas de distintos vídeos, podrían ser más de 20 mill de visitas, ¡pudiera ser que me equivocara!, pero en cualquier caso son muchísimas)y más demandados por empresas para sus campañas publicitarias.

Sin buscarlo, pero ¿y si realmente estaba buscando lo que ha conseguido?

Me quedo con la idea de que éste chico ha de ser amante de la música, de la interpretación musical y del arrojo para hacer lo que ha hecho (y más con esa edad en la que la burla de amigotes es tan rápida como voraz), y por qué no, seguramente uno de sus sueños sería ser un cantante de masas, llenando estadios de 40000 personas, siendo visto por personas de todo el mundo y con una repercusión meditática similar a la de una estrella de cine...

Y acaso no lo ha logrado?, sinceramente creo que es una maravillosa muestra de lo que puede suponer la fijación de un objetivo y la aplicación de la creatividad en la tremenda actividad de GENERAR OPCIONES para ello.

En los sueños del chaval seguro que se imaginaría consiguiendo su objetivo manteniendo y siguiendo el patrón normal, es decir, cantar bien, bailar bien, ser atractivo para la juventud, etc..., pero en algún momento se dió cuenta de que algo fallaba, y simplemente generó opciones alternativas, que le han llevado al mismo resultado y aquí está.

Si se hubiera quedado en el primer camino que imaginó, seguramente estaría pensando en lo bonito que sería eso de ser "famoso" pero que no estaba hecho para él; pero su acierto ha sido muy simple, tan simple como para no estar al alcance de todas las personas: simplemente no se generó expectativas sobre el cuando lo conseguiría ni en cómo lo lograría.

Entiendo que en la vida todos nos movemos por retos (en general todo el mundo se mueve por retos, aunque eso sí, no todos entendemos su significado de la misma manera), pero en el momento en el que nuestra madre naturaleza empieza a funcionar, nos surge un aroma que nos embriaga en forma de cobardía a cómo lo voy a lograr y cuándo, por lo que nos esforzamos más por fijar éstos dos aspectos que por ver el resultado final e incluso en recrearnos en él.

Esto supone que nos acostumbramos a un único camino para llegar a nuestra meta, y no es así, debemos de manejar nuestras expectativas con la misma flexibilidad con la que pudiéramos ampliar vías de comunicación con nuestro destino ideal, ¿por qué coartar las opciones? salvemos el "miedo escénico" a cambiar guiones, y tengamos presente que lo importante es llegar, y si para ello cambiamos el momento y la guía... qué más dá? Sólo nos tenemos que preocupar que los "changes" estén en línea con nuestros valores y entorno.

Cuántos grandes descubrimientos llegaron por caminos inesperados aunque sí explorados? HAGAMOS LO MISMO en nuestra vida : gestionemos nuestras expectativas en cuanto al cómo y al cuándo, y seamos inflexibles en el qué. Y todo aderezado con una CONDUCTA ACTIVA necesaria (por lenta o rápida que sea).

Un abrazo

Nota.- agradecido a mi amigo Alfonso Alcántara por compartir conmigo éste vídeo que me ha permitido iniciar éste comentario.

Pedro Marcos
Coach
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viernes, 5 de noviembre de 2010

La vida, un puzzle de 2000 piezas ¿o más?

Muchas veces me he planteado lo absurda que puede ser la vida (personal y profesional) por la cantidad de experiencias que nos aporta y que en una primera instancia podemos interpretar como inútiles. De hace un tiempo para acá (mucho tiempo la verdad) me estoy percatando que estaba en craso error cuando pensaba de esa manera.

Entiendo el devenir personal y profesional, como un camino hacia un objetivo o una meta que en la mayoría de los casos somos capaces de visualizar, de imaginar, en definitiva de soñar (hasta aquí ya nos podemos considerar unos privilegiados si tenemos éste camino realizado).

Sin embargo, el cúmulo de gestiones, acciones, experiencias y hechos que nos acontecen diariamente nos hace pensar en que cuál absurdo puede ser la manera de cómo estamos intentando llegar a nuestro objetivo, pero por qué?, pues porque son muchas las cosas que nos ocurren o que hacemos y gestionamos que después de realizadas no le vemos el sentido ni la aportación a nuestra causa.

Valiendo del arte de la metáfora, creo que todas esas acciones son equiparables a las piezas de un puzzle de 2000 fichas, las cuáles cogemos, observamos y con frecuencia soltamos pues no le vemos el sitio idóneo de colocación; hasta que de repente un día, en un momento, durante un segundo se abre un espectro revelador; fascinantemente la pieza que en más de una ocasión he soltado tiene sentido ahora, concretamente entre dos piezas, y la otra también, y la otra y al final todas.

No entiendo nuestra vida personal y profesional como un cúmulo de experiencias inútiles y sin valor, creo que TODAS, absolutamente TODAS formarán parte del puzzle que será la consecución de nuestra meta.

SÓLO LA PACIENCIA, LA TENACIDAD Y LA CAPACIDAD DE MANTENER LA MOTIVACIÓN A TRAVÉS DE CONTÍNUAS VISUALIZACIONES DE NUESTRO OBJETIVO harán que descubramos el orden y colocación correcta de todas esas piezzas.

Nota.- personalmente han sido varias las situaciones en las que de repente me he dado cuenta de que experiencias anteriores de mi vida, que guardaba en la mochila de los recuerdos e incluso en la de las habilidades, han salido a la palestra, para convertirse en protagonistas del presente.

¿qué opináis?

Pedro Marcos
Coach
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lunes, 6 de septiembre de 2010

Gestión del tiempo,…, ¿quién gestiona a quién?

He escuchado y utilizado mucho “el dicho” acerca del plato de huevos con beicon, en relación al compromiso e implicación de las personas, que concretamente dice así:

“En un plato de huevos con beicon, ¿quién está comprometido y quién está implicado?. Efectivamente el implicado es la gallina y el comprometido el cerdo.”

Pues bien, en la relación que tenemos con nuestro tiempo, me atrevería a hacer la misma pregunta, ¿quién está comprometido y quién está implicado? Definitivamente implicado está el tiempo que pasa, y pasa, y vuelva a pasar, y los comprometidos somos nosotros sobre los que el primero va dejando sin duda, huella en su pasear.

Llegados a éste punto es donde me gustaría que hiciéramos una pequeña reflexión, sobre a qué nos referimos cuando hablamos, o se habla de gestión del tiempo.

Yo, sinceramente, siempre he pensado que aludíamos a cómo hacer para que nos dé tiempo a llevar a cabo todo aquello que queremos, que nos proponemos, durante el tiempo que disponemos,…

…, pero en éste instante, cada vez estoy más convencido de que la VERDADERA GESTIÓN DEL TIEMPO, no tendría que estar centrada en hacer cosas, cuantas más mejor, en menos tiempo (puesto que por naturaleza somos inconformistas y cuando vemos que somos capaces de hacer más en el mismo tiempo, nuestro nuevo reto será aún si cabe engrandecer el número de tareas sin aumentar el tiempo dedicado para ello, llegando seguramente a la frustración o a la desmotivación).

¿Qué pasaría si a partir de ahora trabajáramos por gestionar nuestra percepción de cada momento que pasa? ¿cómo viviríamos si no diéramos cabida a los momentos “negativos” o los supiéramos aceptar de forma que no PERJUDICARAN los que quedaran por llegar?

Esta es para mí la verdadera gestión del tiempo, de nuestro tiempo, la que nos traiga como contrapartida momentos de satisfacción, de plenitud, y no nos ponga contra las cuerdas ante una auto competición por hacer más en menos.

Ahora bien, ¿cómo hacerlo? Ahh!, esa es la gran pregunta, a la que le falta la valiosísima respuesta.

Humildemente entiendo que la raíz está en la percepción que hacemos de todo aquello que está en nuestro entorno, en nuestra realidad, en lo que nos sucede, en lo que recibimos.

Extrapolando las enseñanzas de Tim Galway en su libro “El juego interior del tenis”, me atrevería a proponer que no seamos justicieros de nuestro tiempo, que en la medida de lo posible no emitamos juicios de valor negativos que no harán más que lanzar dardos envenenados contra nuestra autoestima, nuestro ser, nuestro cerebro, en definitiva contra NOSOTROS MISMOS (¿hay algo más absurdo?).

Seamos simplemente descriptores de lo que ocurre y que sea contrario a nuestro deseo, y por otra parte valoremos al máximo todos los instantes surgidos de acontecimientos que nos hagan disfrutar. Estaremos dando más peso a los valores positivos que a los “otros”.

No es tarea fácil, pero el tiempo tiene una fuerza sobre nosotros incuestionable, y es que pasa, que transcurre, y mientras, ocurren “azares de la vida” que en mucho de los casos no controlamos…, entonces

¿Por qué fustigarnos por algo que ya ha ocurrido y que no admite retroceso alguno?

Construyamos un fortín alrededor de la percepción e interpretación de ello, describamos todo aquello que no nos gusta o que no es positivo para nosotros y vivamos con intensidad los instantes que nos aporten valores positivos.

Quizás así seamos nosotros realmente los que gestionemos al tiempo y no a la inversa.

Propongo que ante esos otros momentos, nos preguntemos:

+ muy bien ocurrió, por qué sucedió? hay algo que yo pueda hacer?
+ qué pensaré de esto cuando pasen 20 años?
+ qué le diría a un amigo que le hubiera ocurrido?
+ cuál es la mejor solución u opción?
+ voy a permitir que esto marque un ápice mi ser y estar ahora y en el futuro?

Y es que la valoración que hagamos de lo que nos ocurre hoy afectará al futuro, puesto que se convertirá en recuerdos, pero es más, también afectará a los recuerdos que tenemos en la actualidad, puesto que, será nuestro estado anímico el que decida qué recuerdos evocar y cuáles mantener “guardados”.

De ahí que comentara en algún foro,

Ser capaz d gestionar l evaluación q hacemos de cada momento puede provocar cambios inimaginables en l futuro; quién se anima a comprobarlo?

Animo a que lo comprobemos,… pues no sólo es gratis, sino que depende tan sólo de nosotros mismos.

Un abrazo

Pedro Marcos
Coach
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martes, 3 de agosto de 2010

¿Pudo der Maslow el padre de la motivación?

Hace unos meses, haciendo un reportaje vinculado al mundo del coaching, tuvimos la oportunidad de entrevistar a un empresario que a lo largo de su carrera ha cosechado un gran éxito, ..., concretamente fundar una empresa para años después venderla a un grupo extranjero por una cantidad con muchos ceros (muchos, muchos...).

El objetivo era extraer fragmentos de su vida personal, profesional, a través de las decisiones que tomó en cada momento, que demostraran que todos en algún momento actuamos bajo los patrones del coaching, es decir, que en algún instante y aún sin tener un coach que nos facilite, tomamos conciencia de los hechos, creemos en nosotros mismos, y actuamos con responsabilidad y decisión.

De toda la entrevista, me llamó la atención un hecho que en su momento me descuadraba, y era que cuando se le preguntaba por la motivación que tuvieron para trabajar y montar la empresa, sólo respondía una palabra sobre sobre la que invadía una gran carga emocional cada vez que la pronunciaba, y ésta era, ... NECESIDAD, en su más exteso significado y connotación.

Esta respuesta, no llenaba mis expectativas en cuanto a lo que esperaba que contestara para vincularlo al coaching y a un proceso (¡craso error por mi parte!).

Ha sido ahora, después de un tiempo, cuando he entendido la magnitud de tal revelación, y que en su momento no supe darle sentido.

Realmente es cierto, es totalmente cierto, la motivación de cualquier persona está precedida o tiene su origen en la NECESIDAD, ahora bien, no es la misma ésta para todos, cada uno tiene la suya propia.

Bien nos motivamos porque necesitamos tener más dinero, por tener más fama, por tener más reconocimiento, por tener más aceptación, por estar menos gordo, por tener menos complejos, .... en definitiva porque tenemos una necesidad de algo... y ese algo estará en la escala donde nos posicionemos dentro de la pirámide de MASLOW.

Por ello, cuando busquemos la motivación necesaria para hacer algo, preguntémosle a Maslow, ¿dónde estamos?, qué necesidad tenemos cubierta?, y sobre todo qué necesidad quiero o "necesito" cubrir?.

Eso sí, no dejemos de preguntarnos finalmente, por qué, o para qué quiero cubrir dicha necesidad??? vaya a ser que el viaje fuera en vano.

Pedro Marcos
Coach
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lunes, 12 de julio de 2010

TODOS AL MENOS, TENEMOS MUCHO DE ÍKER

Ayer sin duda fue un gran día!!, España Campeona del Mundo, pero del mundo mundial de verdad!!

¿Quién no se emocionó al ver el estadio al principio del partido, al ver el despliegue y la entrega de los jugadores españoles, al ver el gol de Iniesta, y sobre todo al compartir las lágrimas del mejor portero del mundo, con nuestros seres más queridos?

Sobre mi emoción, por más que me preguntaba de donde venía, puesto que estaba a miles de kilómetros de allí, y directamente no había participado en nada de lo allí ocurrido, no encontraba la respuesta, pero en cambio, cada vez se hacía más fuerte en mi interior, y también en los que me rodeaban...

Después de pasar una noche feliz, en la que me he embriagado de recuerdos personales que hacía tiempo que no evocaba (y no me pregunten por qué) he llegado a la conclusión de que la emoción estaba motivada por ver, comprobar y descubrir una vez más, la grandeza que todos, y digo todos, tenemos dentro.

No sólo los que han participado directamente sino los que de forma indirecta, hemos sido capaces por unos instantes de NO PONERNOS límites, de ver que no hay metas imposibles, que detrás de logros históricos, hay personas con una gran humanidad y que sus reacciones son tan propias como las que todos tenemos cuando conseguimos nuestros objetivos.

Ayer fue el día en el que España se proclamó Campeona del Mundo de Fútbol, pero también fue el día en el que todos los que estuvimos viendo el partido y sintiéndonos partícipe del triunfo, volvimos a descubrir que si queremos, podemos, y cuando gritábamos y jaleábamos el nombre de España, en cierta manera estábamos diciéndonos a nosotros mismos que también podemos conseguir lo que nos propongamos en nuestras vidas o trabajos.

Ayer nuestros objetivos se acercaron, nuestros límites desaparecieron y rápidamente nuestras posibilidades crecieron al mismo ritmo que nuestras pulsaciones.

Es verdad que no todos los días se podrán disfrutar de efemérides como ésta, pero ¿qué nos impide seguir creyendo en nosotros como lo hicimos ayer?

Tenemos que ser conscientes de saber qué es lo que queremos (sin pensar en las limitaciones u obstáculos que nos podamos encontrar), visualizar el camino o el ¿cómo?, y luego sin duda entrenar duro, al igual que nuestros jugadores han hecho durante toda su preparación.

Nadie ha dicho que el camino hacia nuestras metas sea fácil, y ni que esté exento de algún precio, pero lo que sí se puede afirmar es que el camino existe, y que su descubrimiento dependerá de cada uno de nosotros.

Y quien piense en que tiene algún obstáculo insalvable o difícil de superar, que piense en la sensación que todos tuvimos tras el primer partido del mundial…
Hablar de deportistas de élite, de artistas, de personajes de reconocido prestigio, … en ocasiones nos lleva a alejarnos de sus acciones modeladas pues “creemos” equivocadamente que son especiales, que están hecho de otra pasta, en definitiva, que son capaces de conseguir un “alto rendimiento” patrimonio de unos pocos.

¿patrimonio de unos pocos? …

Pues definitivamente no; ese alto rendimiento está al alcance de todos. Cada uno le tenemos puesto un nombre y nuestro entrenamiento ha de ser el mismo que el de ellos y que como decía antes parte de la aclaración individual de lo que queremos, para luego visualizar y soñar (imaginar) continuamente sin límites, y por último con nuestra acción. Trabajemos el vernos consiguiendo lo que queremos, y seguro que rápidamente, habremos superado obstáculos que hasta ahora creíamos que eran insalvables.

Seamos nosotros también campeones del mundo, nuestro partido se juega en casa, con nosotros mismos y sólo nuestra ACTITUD será la que nos guíe a la consecución de nuestra copa dorada.

“La acción más rentable en el camino hacia la consecución de nuestros objetivos, es imaginar y soñar con el resultado deseado; nunca menos dio tanto”

Pedro Marcos
Coach
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miércoles, 16 de junio de 2010

Buenos Días

Es tan fuerte el poder de las redes sociales, como para poder dar los buenos días a gente que no conozco, que no he visto y que posiblemente nunca veré?

En caso de que sea posible, tendremos que reconocer que es bestial tal influencia.

Hoy no voy a hablar de coaching, ni siquiera prentendo hacer una extensión dialéctica y ortográfica,..., simplemente me apetecía poner algo, demorar el inicio laboral según las tareas encomendadas para hoy, y sobre todo responderme a la pregunta con la que me he levantado hoy:

¿a cuánta gente podría saludar desde mi oficina? y de éstas, cuántas son nuevas para mí? ¿cómo sienta que un "desconocido" te salude sin conocerte?

Saludos

Pedro Marcos
pedromarcos@efic.es
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domingo, 13 de junio de 2010

Coaching Taurino

Ha llegado ya el momento de hablar del coaching en el mundo del toro. Espero ir incorporando experiencias y sensaciones tras aplicar éste entrenamiento en mundo tan particular y sobre todo tan "emocionante" por los resultados que se obtienen.

Para comenzar, hacer una pequeña reflexión: "En el mundo del toro hay un elemento incontrolable, la emoción de la persona. El toro puede ser predecible, la persona en ocasiones no".

Por más que nos intentemos convencer, cierto es que el toro es un animal cuyo raciocinio se escapa a nuestre entender, pero sí que (por lo que dicen los toreros y novilleros), se puede llegar a establecer una relación de intenciones que despejan las dudas en cuanto a las reacciones de éste ante el ejercicio de la lidia.

Pero qué pasa con las reacciones de la persona ante el comportamiento cambiante del animal? ahí es donde se produce y se encuentra el gran elemento incontrolado dentro del ejercicio del toreo. Me refiero a la emoción del actuante, del torero, del novillero, del rejoneador, etc..., emoción que surge y se crea en tiempo récord, en milésimas de segundo aparece por arte de magia, no de forma sorpresiva puesto que se sabe que tarde o temprano aparecerá, pero de qué manera se manifiesta y sobre todo cómo va a afectar a la lidia, ...., eso no se logra saber?

Qué pasaría si de repente hubiera un "truco" para controlar dichas emociones?, para saber trabajar y vivir con ellas, para tratarlas de tú a tú, para susurrarle al oído todo aquello que en ese momento el torero, novillero o rejoneador necesite para lograr una exitosa faena,.... Seguramente los resultados serían en muchas ocasiones distintos, puesto que dicha emoción se uniría al vuelo de la muleta o capote para dibujar preciosos pases aclamados por el público, y dejaría de ser una benda en los ojos a un aliado en la mano izquierda del actuante.

Sin duda, una combinación perfecta : Entrenamiento Físico + Coaching + Corazón y Arte.

Saludos

Pedro Marcos
Coach
pedromarcos@efic.es
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sábado, 12 de junio de 2010

¿te dice algo éste fragmento?

Un tópico, pero no hay que dejar de verlo de vez en cuando. Supongo que a cada uno se nos despierta una reacción distinta,...

http://www.youtube.com/watch?v=3Y1Z4yx97kM&feature=related

jueves, 10 de junio de 2010

no hacer Vs hacer nada

Realmente hay diferencia entre no hacer, y hacer nada?

Está claro que linguísticamente se utilizan palabras diferentes, pero semánticamente, significarán ambas opciones lo mismo?

Nos empeñamos durante muchos años a saber utilizar el lenguaje, a no cometer faltas de ortografía, a descomponer frases entre sujetos, complementos directos, adjetivos, nombres, bla, bla, bla..., y al final, con los años nos surgen las dudas sobre la "legalidad" de algunas expresiones o palabras, como "haber", o "a ver"...

Y yo me pregunto, desde la experiencia que me aportan mis añitos,..., qué es más importante tener una escritura y expresión sobresaliente, o poder entender en todo momento lo se lee, y lo que se transmite.

Es decir, dónde quedó olvidada esa asignatura que podría haber sido "interpretación del lenguaje". De haberla habido, nos daríamos cuenta cómo lo aparentemente igual, puede tener connotaciones totalmente distintas, e incluso repercusiones que pueden marcar nuestros actos, y en defintiva nuestra vida.

Si tuviera que elegir y aconsejar, está claro que me inclinaría por "hacer nada", puesto que estoy poniendo de manifiesto por lo menos mi voluntad de hacer, de actuar, de no quedarme parado ante la vida que me rodea. Como parte de sistemas que somos (sistema en el trabajo, en el hogar, en el círculo de amigos, ...) cualquier actuación que hagamos tendrá consecuencias, positivas o no tanto, pero en definitiva algo cambiará, y sólo será de ésta manera como logremos avanzar hacia nuestro futuro, hacia el camino que nos lleve al olimpo elegido por cada uno donde creemos que se encuentra nuestra felicidad (ésto será otro tema a debatir).

En cambio si la elección es "no hacer", dejaremos de considerarnos parte de un sistema para ser meros ELEMENTOS DECORATIVOS, con la salvedad de que seguiremos siendo elementos perecederos, y los otros quizás no.

Animo a todos los lectores de éste humilde y pequeño comentario, a que demuestren y certifiquen su elección. Los que se inclinen por la primera opción simplemente no hagan nada, pero los que se impliquen por la segunda, que COMENTEN... "yo no voy a hacer nada", lo cuál redundará en un acto de dominio de su propio ser más poderoso de cuantos haya realizado (o no) bajo la perspectiva del "no hacer".

Por mi parte, no sólo eligo "hacer nada", sino que le cambio el complemento directo, y me manifiesto como "yo hago una nueva entrada".

Saludos a todos

Pedro Marcos
Coach
pedromarcos@efic.es
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equipo ... ¿dónde está nuestro "ángel"?

¡Qué suerte han tenido! ¡Cómo están trabajando! ¡Qué partido han hecho! ¡Cómo pueden haber cambiado tanto!, y sobre todo, ¡si no son mejores que nosotros!

Sí, con frecuencia manifestamos nuestra sorpresa en frases como las anteriores, cuando nos referimos a cómo un grupo ….. no, un equipo, está desempeñando alguna labor o función.

¿Pero por qué unos pueden juntos y otros no pueden, también juntos?, sin duda hay algún misterio, algún secreto que desconocemos y que nos abre la puerta al fracaso o a la ineficiencia, mientras otros, van directamente a lo más alto de la cadena hacia el éxito.

¿Qué puede hacer que nosotros mismos, con nuestro equipo, disfrutemos de actividades y de momentos en los que notamos que además del número de componentes que conformamos el susodicho equipo, existe un componente más que se sienta con nosotros en las reuniones, que entra en el sistema de juego diseñado por el entrenador de forma habitual, que se queda hasta tarde trabando y luego es el primero en estar al pié del cañón, que es compañero indiscutible en las jornadas extralaborales, y, que con su ayuda llegamos a cotas inalcanzables para cada uno de forma individual?, ¿y sobre todo, quién es el hasta ahora “extranjero” que se nos une de vez en cuando?

Ese “extranjero” (hasta ahora) es nuestro “ángel”, ese que llega, se instaura en el equipo y tira de todos nosotros como un bloque de cemento hacia nuestro objetivo, un bloque en forma de rodillo abrumador, desafiante y con una dureza e impenetrabilidad extraordinaria. Este “ángel”, sin duda es el fruto del trabajo bien hecho de todos de forma individual pero con una orientación COLECTIVA, bajo el paragauas de un conjunto de roles perfectamente diseñados para la obtención de resultados grupales.

Es difícil determinar cómo tenerlo entre nosotros, pero suelen ser comunes sus apariciones en aquellos equipos donde los individuos toman conciencia de que ninguna habilidad o capacidad individual por extraordinaria que sea, podrá superar en rendimiento la menor de las respuestas dadas por un equipo con “ángel”, por un equipo en definitiva de alto rendimiento.

Seamos conscientes de que las cosas no suceden porque sí, tienen un origen y una causa, y éste origen y causa son nuestros propios actos, bien individualmente o bien colectivamente.

Un grupo ha de ser un todo, un ente, un “rodillo” con “ángel”, y para eso los componentes deben de dar un primer paso, quizás el más importante, que es el de la HUMILDAD, el de reconocer que por muy efectivo que uno sea, siempre será mayor el retorno si sus recursos los pone a disposición del equipo, si se une a la máquina determinista que supone un grupo de personas alineadas, motivadas y SEGURAS.

Esa humildad es la que realmente nos distingue a las personas, pues tener realmente éxito individualmente ¿es difícil?, creo que no, aunque eso sí, hay muchas clases de éxito. La palabra éxito será diferente para cada uno de nosotros. Pero lo que no es diferente y es común para todos, es la capacidad de conseguir todo aquello que nos propongamos cuando formamos parte de un equipo.

Un segundo factor, doble, que se necesita para atraer a nuestro “ángel”, es la GENEROSIDAD y la RESPONSABILIDAD, entendiendo la primera como el ofrecimiento desinteresado de nuestras habilidades al bien grupal, sin pedir recompensa a cambio (pues ésta llegará al equipo, y posteriormente a nosotros como parte integrante del mismo), y la segunda entendida, como la capacidad para hacer nuestras las debilidades del resto de los compañeros, de forma que podamos integrarlas en nosotros para con el mapa mental que nos distingue a cada uno, tener enfoques y puntos de vista suficientes y diferentes como para re-encuadrar dichas “deficiencias”, y convertirlas en aspectos potenciadores. De ésta manera conseguiremos formar parte de un ente con las habilidades reunidas de todos los que formamos parte de él, y además le sumaremos aquellas nuevas que surgirán tras cambiar las debilidades individuales.

Podría haber más factores, pero me gustaría terminar con el que para mí pone la “guinda al pastel”, con el que es el combustible del “rodillo” que es nuestro equipo, …, la ACCIÓN. En un equipo la palabra ACCIÓN significará y estará detrás de expresiones como ¡vamos a demostrar que podemos!, ¡quién va a estar más cualificado y capacitado para hacer éste trabajo que nuestro equipo!, ¡de qué vamos a tener miedo todos nosotros!, ¡el equipo logrará el éxito!, …, y porque todos estamos expuestos a nivel individual a caer temporalmente en momentos de desidia, de dejadez, de falta de motivación (no hay que flagelarse por ello, hay que manejar nuestra propia autoexigencia para ello), pero, ante esto, el mejor remedio es contagiarte de semejantes en estado de acción, de ver y copiar el ímpetu de compañeros, del deseo desbordante de aquellos que en ese momento están “focalizados” al resultado,…., y cuando a éstos les llegue su momento de “bajón”, entonces, ahí estaremos nosotros, para hacer de patrón de conducta activista, de forma que todos rememos al unísono, de forma que si vemos a algún compañero un poco rezagado le extendamos nuestros brazos para ayudarle a coger el ritmo, en definitiva, de forma que la inercia del “rodillo” sea la que guíe el trabajo de cada uno.

Como diría el tópico, … “pon un ángel en tu equipo”…, tus compañeros, tu autoestima y tu confianza te lo agradecerán.



Pedro Marcos
Coach
pedromarcos@efic.es
Un minuto… SESENTA segundos

¿Cuántos minutos hay en la vida de cada uno de nosotros? realmente los vivimos y sentimos hasta el punto de saber que cada minuto son nada más y nada menos que... SESENTA segundos.


Muchos minutos pasan en nuestra vida, los mejores los sentímos como efímeros y los peores como interminables, ... ¿qué diferencia hay si al final unos y otros son iguales?, ésto es, son ... SESENTA segundos!!!.

Esa precisamente es la grandeza del ser, el poder convertir lo evidente en blanco o en negro, en grande o en pequeño, en alto o en bajo, y además en poder hacerlo en un mismo fragmento de tiempo, en un minuto, ésto es, ... en SESENTA segundos.

Aquél que después de vivir toda una vida dice que no ha tenido tiempo de dedicarse a sí mismo ni un minuto, es una persona egoísta, demasiado egocéntrica para no reconocer la importancia de su propio ser, el que lleva dentro desde que fué ideado por sus antecesores puesto que ya desde ese momento empezó la educación en la mente de éstos,... y qué pena!!, puesto que si hubiera habido en su vida un momento de "alto" en el camino, si hubiera dedicado tan sólo 1 minuto, ... ésto es, SESENTA segundos, a reflexionar y a pensar sin enjuiciar sobre lo que querría haber hecho en ésta vida, podría haber descubierto el gran secreto quizás de nuestra existencia..., sí, de nuestra existencia ... o es que no hay mayor secreto por desvelar que la fórmula de CÓMO SER FELIZ?.
Y quién sabe si hubiera venido la respuesta a continuación, puede que sí, o puede que no, pero seguro que hubiera llegado algo en forma de sentimiento, comportamiento o pensamiento que hubiera valido la pena, y todo por invertir un minuto de nuestra vida, ésto es ... SESENTA segundos.

Soy un convencido de que el tiempo nunca se pierde, sino que se le gana al devenir, al futuro; no importa lo que hayas hecho o dejado de hacer en el pasado, puesto que como acabo de decir, PASADO es, pero qué tal el tiempo que nos queda en el futuro, ¿¡qué podemos hacer!?,... pensémoslo tan sólo durante un minuto, ésto es, ... SESENTA segundos.

Durante un minuto pienso en lo que me ha aportado el coaching, y lo que se me viene a la mente es la idea de que merece la pena reflexionar, ser consciente de donde estoy y donde quiero llegar, ni siquiera donde he estado éste tiempo (ya volveré para nutrirme si es necesario), tan sólo quiero mirar al futuro con los mismos ojos que cuando era niño,... y quería ser.... ¡piloto! (nadie me comentó que el mayor viaje lo podía pilotar sin subirme a ningún avión, el viaje de mi propia vida).

Esa ilusión, esa desfachatez de pensar en lo que unos hubieran dado como "imposible", hacía que mi mirada se impregnara de fuerza, mis brazos fueran conductos llenos de energía y mi corazón carburara como un motor incombustible.

Había alguien que decía, "cuando eres niño te dicen que todo es posible, nadie te corrige, cuando creces y dices lo mismo, te llaman "ILUSO""..... ¿por qué?, ...

porque quien lo habla no ha tenido el regalo de que alguien le diga párate un minuto y piensa, piensa en tí, reflexiona sobre lo que quieres ser y hacer, ahora y en tu futuro, y en el camino encontrarás mayor satisfacción de la que has tenido hasta ahora, y la felicidad no la encontrarás al final sino en cada uno de los pasos que te acerquen a tu objetivo...

El coaching como decía, representa éste alto en el camino, éste toque a la reflexión y al pensamiento interior, éste vehículo que te proyecta al futuro como si éste estuviera aún en los ojos del niño/a que todos hemos sido y te proporciona la fuerza para convertirte en una máquina inigualable de ACCIÓN.

A todos los que leáis éste pequeño fragmento, os animo a durante un minuto, ésto es, ... SESENTA segundos, pararos a pensar en vosotros mismos, regalaros un tiempo de reconocimiento y chequeo personal, sin enjuiciar (de qué nos sirve si somos buenos o malos; pensemos en lo que podemos llegar a ser y sobre todo dónde queremos estar en nuestro particular y bonito futuro), sin egoísmos ni prisas, porque detrás encontraréis cómo un minuto al final no serán SESENTA segundos, un minuto se convertirá en un momento, vuestro momento, el momento de partida, y dará igual si son SESENTA segundos, si son más o si son menos.

Me repito, y os insto a comprobar cómo un minuto no son SESENTA segundos, sino que se convierte en un momento cuya duración dependerá de cada uno de nosotros, y de ésta forma de nuevo comprobaremos que la REALIDAD no es tal, simplemente es un cuadro a los ojos de cada uno de nosotros,... y aquí nos volvemos a encontrar con la grandeza de nuestro SER.

Un abrazo

"El coaching supone para todos un momento de reflexión, para muchos un futuro determinado y para el que lo desee la acción necesaria para alcanzar sus sueños"

Pedro Marcos
pedromarcos@efic.es