Espacio publicitario dedicado al "seguidor" de la semana

Pedro Marcos
Coach personal y ejecutivo
Coaching Taurino y para el Alto Rendimiento

http://www.efic.es/
pedromarcos@efic.es

miércoles, 16 de junio de 2010

Buenos Días

Es tan fuerte el poder de las redes sociales, como para poder dar los buenos días a gente que no conozco, que no he visto y que posiblemente nunca veré?

En caso de que sea posible, tendremos que reconocer que es bestial tal influencia.

Hoy no voy a hablar de coaching, ni siquiera prentendo hacer una extensión dialéctica y ortográfica,..., simplemente me apetecía poner algo, demorar el inicio laboral según las tareas encomendadas para hoy, y sobre todo responderme a la pregunta con la que me he levantado hoy:

¿a cuánta gente podría saludar desde mi oficina? y de éstas, cuántas son nuevas para mí? ¿cómo sienta que un "desconocido" te salude sin conocerte?

Saludos

Pedro Marcos
pedromarcos@efic.es
www.efic.es

domingo, 13 de junio de 2010

Coaching Taurino

Ha llegado ya el momento de hablar del coaching en el mundo del toro. Espero ir incorporando experiencias y sensaciones tras aplicar éste entrenamiento en mundo tan particular y sobre todo tan "emocionante" por los resultados que se obtienen.

Para comenzar, hacer una pequeña reflexión: "En el mundo del toro hay un elemento incontrolable, la emoción de la persona. El toro puede ser predecible, la persona en ocasiones no".

Por más que nos intentemos convencer, cierto es que el toro es un animal cuyo raciocinio se escapa a nuestre entender, pero sí que (por lo que dicen los toreros y novilleros), se puede llegar a establecer una relación de intenciones que despejan las dudas en cuanto a las reacciones de éste ante el ejercicio de la lidia.

Pero qué pasa con las reacciones de la persona ante el comportamiento cambiante del animal? ahí es donde se produce y se encuentra el gran elemento incontrolado dentro del ejercicio del toreo. Me refiero a la emoción del actuante, del torero, del novillero, del rejoneador, etc..., emoción que surge y se crea en tiempo récord, en milésimas de segundo aparece por arte de magia, no de forma sorpresiva puesto que se sabe que tarde o temprano aparecerá, pero de qué manera se manifiesta y sobre todo cómo va a afectar a la lidia, ...., eso no se logra saber?

Qué pasaría si de repente hubiera un "truco" para controlar dichas emociones?, para saber trabajar y vivir con ellas, para tratarlas de tú a tú, para susurrarle al oído todo aquello que en ese momento el torero, novillero o rejoneador necesite para lograr una exitosa faena,.... Seguramente los resultados serían en muchas ocasiones distintos, puesto que dicha emoción se uniría al vuelo de la muleta o capote para dibujar preciosos pases aclamados por el público, y dejaría de ser una benda en los ojos a un aliado en la mano izquierda del actuante.

Sin duda, una combinación perfecta : Entrenamiento Físico + Coaching + Corazón y Arte.

Saludos

Pedro Marcos
Coach
pedromarcos@efic.es
www.efic.es

sábado, 12 de junio de 2010

¿te dice algo éste fragmento?

Un tópico, pero no hay que dejar de verlo de vez en cuando. Supongo que a cada uno se nos despierta una reacción distinta,...

http://www.youtube.com/watch?v=3Y1Z4yx97kM&feature=related

jueves, 10 de junio de 2010

no hacer Vs hacer nada

Realmente hay diferencia entre no hacer, y hacer nada?

Está claro que linguísticamente se utilizan palabras diferentes, pero semánticamente, significarán ambas opciones lo mismo?

Nos empeñamos durante muchos años a saber utilizar el lenguaje, a no cometer faltas de ortografía, a descomponer frases entre sujetos, complementos directos, adjetivos, nombres, bla, bla, bla..., y al final, con los años nos surgen las dudas sobre la "legalidad" de algunas expresiones o palabras, como "haber", o "a ver"...

Y yo me pregunto, desde la experiencia que me aportan mis añitos,..., qué es más importante tener una escritura y expresión sobresaliente, o poder entender en todo momento lo se lee, y lo que se transmite.

Es decir, dónde quedó olvidada esa asignatura que podría haber sido "interpretación del lenguaje". De haberla habido, nos daríamos cuenta cómo lo aparentemente igual, puede tener connotaciones totalmente distintas, e incluso repercusiones que pueden marcar nuestros actos, y en defintiva nuestra vida.

Si tuviera que elegir y aconsejar, está claro que me inclinaría por "hacer nada", puesto que estoy poniendo de manifiesto por lo menos mi voluntad de hacer, de actuar, de no quedarme parado ante la vida que me rodea. Como parte de sistemas que somos (sistema en el trabajo, en el hogar, en el círculo de amigos, ...) cualquier actuación que hagamos tendrá consecuencias, positivas o no tanto, pero en definitiva algo cambiará, y sólo será de ésta manera como logremos avanzar hacia nuestro futuro, hacia el camino que nos lleve al olimpo elegido por cada uno donde creemos que se encuentra nuestra felicidad (ésto será otro tema a debatir).

En cambio si la elección es "no hacer", dejaremos de considerarnos parte de un sistema para ser meros ELEMENTOS DECORATIVOS, con la salvedad de que seguiremos siendo elementos perecederos, y los otros quizás no.

Animo a todos los lectores de éste humilde y pequeño comentario, a que demuestren y certifiquen su elección. Los que se inclinen por la primera opción simplemente no hagan nada, pero los que se impliquen por la segunda, que COMENTEN... "yo no voy a hacer nada", lo cuál redundará en un acto de dominio de su propio ser más poderoso de cuantos haya realizado (o no) bajo la perspectiva del "no hacer".

Por mi parte, no sólo eligo "hacer nada", sino que le cambio el complemento directo, y me manifiesto como "yo hago una nueva entrada".

Saludos a todos

Pedro Marcos
Coach
pedromarcos@efic.es
www.efic.es

equipo ... ¿dónde está nuestro "ángel"?

¡Qué suerte han tenido! ¡Cómo están trabajando! ¡Qué partido han hecho! ¡Cómo pueden haber cambiado tanto!, y sobre todo, ¡si no son mejores que nosotros!

Sí, con frecuencia manifestamos nuestra sorpresa en frases como las anteriores, cuando nos referimos a cómo un grupo ….. no, un equipo, está desempeñando alguna labor o función.

¿Pero por qué unos pueden juntos y otros no pueden, también juntos?, sin duda hay algún misterio, algún secreto que desconocemos y que nos abre la puerta al fracaso o a la ineficiencia, mientras otros, van directamente a lo más alto de la cadena hacia el éxito.

¿Qué puede hacer que nosotros mismos, con nuestro equipo, disfrutemos de actividades y de momentos en los que notamos que además del número de componentes que conformamos el susodicho equipo, existe un componente más que se sienta con nosotros en las reuniones, que entra en el sistema de juego diseñado por el entrenador de forma habitual, que se queda hasta tarde trabando y luego es el primero en estar al pié del cañón, que es compañero indiscutible en las jornadas extralaborales, y, que con su ayuda llegamos a cotas inalcanzables para cada uno de forma individual?, ¿y sobre todo, quién es el hasta ahora “extranjero” que se nos une de vez en cuando?

Ese “extranjero” (hasta ahora) es nuestro “ángel”, ese que llega, se instaura en el equipo y tira de todos nosotros como un bloque de cemento hacia nuestro objetivo, un bloque en forma de rodillo abrumador, desafiante y con una dureza e impenetrabilidad extraordinaria. Este “ángel”, sin duda es el fruto del trabajo bien hecho de todos de forma individual pero con una orientación COLECTIVA, bajo el paragauas de un conjunto de roles perfectamente diseñados para la obtención de resultados grupales.

Es difícil determinar cómo tenerlo entre nosotros, pero suelen ser comunes sus apariciones en aquellos equipos donde los individuos toman conciencia de que ninguna habilidad o capacidad individual por extraordinaria que sea, podrá superar en rendimiento la menor de las respuestas dadas por un equipo con “ángel”, por un equipo en definitiva de alto rendimiento.

Seamos conscientes de que las cosas no suceden porque sí, tienen un origen y una causa, y éste origen y causa son nuestros propios actos, bien individualmente o bien colectivamente.

Un grupo ha de ser un todo, un ente, un “rodillo” con “ángel”, y para eso los componentes deben de dar un primer paso, quizás el más importante, que es el de la HUMILDAD, el de reconocer que por muy efectivo que uno sea, siempre será mayor el retorno si sus recursos los pone a disposición del equipo, si se une a la máquina determinista que supone un grupo de personas alineadas, motivadas y SEGURAS.

Esa humildad es la que realmente nos distingue a las personas, pues tener realmente éxito individualmente ¿es difícil?, creo que no, aunque eso sí, hay muchas clases de éxito. La palabra éxito será diferente para cada uno de nosotros. Pero lo que no es diferente y es común para todos, es la capacidad de conseguir todo aquello que nos propongamos cuando formamos parte de un equipo.

Un segundo factor, doble, que se necesita para atraer a nuestro “ángel”, es la GENEROSIDAD y la RESPONSABILIDAD, entendiendo la primera como el ofrecimiento desinteresado de nuestras habilidades al bien grupal, sin pedir recompensa a cambio (pues ésta llegará al equipo, y posteriormente a nosotros como parte integrante del mismo), y la segunda entendida, como la capacidad para hacer nuestras las debilidades del resto de los compañeros, de forma que podamos integrarlas en nosotros para con el mapa mental que nos distingue a cada uno, tener enfoques y puntos de vista suficientes y diferentes como para re-encuadrar dichas “deficiencias”, y convertirlas en aspectos potenciadores. De ésta manera conseguiremos formar parte de un ente con las habilidades reunidas de todos los que formamos parte de él, y además le sumaremos aquellas nuevas que surgirán tras cambiar las debilidades individuales.

Podría haber más factores, pero me gustaría terminar con el que para mí pone la “guinda al pastel”, con el que es el combustible del “rodillo” que es nuestro equipo, …, la ACCIÓN. En un equipo la palabra ACCIÓN significará y estará detrás de expresiones como ¡vamos a demostrar que podemos!, ¡quién va a estar más cualificado y capacitado para hacer éste trabajo que nuestro equipo!, ¡de qué vamos a tener miedo todos nosotros!, ¡el equipo logrará el éxito!, …, y porque todos estamos expuestos a nivel individual a caer temporalmente en momentos de desidia, de dejadez, de falta de motivación (no hay que flagelarse por ello, hay que manejar nuestra propia autoexigencia para ello), pero, ante esto, el mejor remedio es contagiarte de semejantes en estado de acción, de ver y copiar el ímpetu de compañeros, del deseo desbordante de aquellos que en ese momento están “focalizados” al resultado,…., y cuando a éstos les llegue su momento de “bajón”, entonces, ahí estaremos nosotros, para hacer de patrón de conducta activista, de forma que todos rememos al unísono, de forma que si vemos a algún compañero un poco rezagado le extendamos nuestros brazos para ayudarle a coger el ritmo, en definitiva, de forma que la inercia del “rodillo” sea la que guíe el trabajo de cada uno.

Como diría el tópico, … “pon un ángel en tu equipo”…, tus compañeros, tu autoestima y tu confianza te lo agradecerán.



Pedro Marcos
Coach
pedromarcos@efic.es
Un minuto… SESENTA segundos

¿Cuántos minutos hay en la vida de cada uno de nosotros? realmente los vivimos y sentimos hasta el punto de saber que cada minuto son nada más y nada menos que... SESENTA segundos.


Muchos minutos pasan en nuestra vida, los mejores los sentímos como efímeros y los peores como interminables, ... ¿qué diferencia hay si al final unos y otros son iguales?, ésto es, son ... SESENTA segundos!!!.

Esa precisamente es la grandeza del ser, el poder convertir lo evidente en blanco o en negro, en grande o en pequeño, en alto o en bajo, y además en poder hacerlo en un mismo fragmento de tiempo, en un minuto, ésto es, ... en SESENTA segundos.

Aquél que después de vivir toda una vida dice que no ha tenido tiempo de dedicarse a sí mismo ni un minuto, es una persona egoísta, demasiado egocéntrica para no reconocer la importancia de su propio ser, el que lleva dentro desde que fué ideado por sus antecesores puesto que ya desde ese momento empezó la educación en la mente de éstos,... y qué pena!!, puesto que si hubiera habido en su vida un momento de "alto" en el camino, si hubiera dedicado tan sólo 1 minuto, ... ésto es, SESENTA segundos, a reflexionar y a pensar sin enjuiciar sobre lo que querría haber hecho en ésta vida, podría haber descubierto el gran secreto quizás de nuestra existencia..., sí, de nuestra existencia ... o es que no hay mayor secreto por desvelar que la fórmula de CÓMO SER FELIZ?.
Y quién sabe si hubiera venido la respuesta a continuación, puede que sí, o puede que no, pero seguro que hubiera llegado algo en forma de sentimiento, comportamiento o pensamiento que hubiera valido la pena, y todo por invertir un minuto de nuestra vida, ésto es ... SESENTA segundos.

Soy un convencido de que el tiempo nunca se pierde, sino que se le gana al devenir, al futuro; no importa lo que hayas hecho o dejado de hacer en el pasado, puesto que como acabo de decir, PASADO es, pero qué tal el tiempo que nos queda en el futuro, ¿¡qué podemos hacer!?,... pensémoslo tan sólo durante un minuto, ésto es, ... SESENTA segundos.

Durante un minuto pienso en lo que me ha aportado el coaching, y lo que se me viene a la mente es la idea de que merece la pena reflexionar, ser consciente de donde estoy y donde quiero llegar, ni siquiera donde he estado éste tiempo (ya volveré para nutrirme si es necesario), tan sólo quiero mirar al futuro con los mismos ojos que cuando era niño,... y quería ser.... ¡piloto! (nadie me comentó que el mayor viaje lo podía pilotar sin subirme a ningún avión, el viaje de mi propia vida).

Esa ilusión, esa desfachatez de pensar en lo que unos hubieran dado como "imposible", hacía que mi mirada se impregnara de fuerza, mis brazos fueran conductos llenos de energía y mi corazón carburara como un motor incombustible.

Había alguien que decía, "cuando eres niño te dicen que todo es posible, nadie te corrige, cuando creces y dices lo mismo, te llaman "ILUSO""..... ¿por qué?, ...

porque quien lo habla no ha tenido el regalo de que alguien le diga párate un minuto y piensa, piensa en tí, reflexiona sobre lo que quieres ser y hacer, ahora y en tu futuro, y en el camino encontrarás mayor satisfacción de la que has tenido hasta ahora, y la felicidad no la encontrarás al final sino en cada uno de los pasos que te acerquen a tu objetivo...

El coaching como decía, representa éste alto en el camino, éste toque a la reflexión y al pensamiento interior, éste vehículo que te proyecta al futuro como si éste estuviera aún en los ojos del niño/a que todos hemos sido y te proporciona la fuerza para convertirte en una máquina inigualable de ACCIÓN.

A todos los que leáis éste pequeño fragmento, os animo a durante un minuto, ésto es, ... SESENTA segundos, pararos a pensar en vosotros mismos, regalaros un tiempo de reconocimiento y chequeo personal, sin enjuiciar (de qué nos sirve si somos buenos o malos; pensemos en lo que podemos llegar a ser y sobre todo dónde queremos estar en nuestro particular y bonito futuro), sin egoísmos ni prisas, porque detrás encontraréis cómo un minuto al final no serán SESENTA segundos, un minuto se convertirá en un momento, vuestro momento, el momento de partida, y dará igual si son SESENTA segundos, si son más o si son menos.

Me repito, y os insto a comprobar cómo un minuto no son SESENTA segundos, sino que se convierte en un momento cuya duración dependerá de cada uno de nosotros, y de ésta forma de nuevo comprobaremos que la REALIDAD no es tal, simplemente es un cuadro a los ojos de cada uno de nosotros,... y aquí nos volvemos a encontrar con la grandeza de nuestro SER.

Un abrazo

"El coaching supone para todos un momento de reflexión, para muchos un futuro determinado y para el que lo desee la acción necesaria para alcanzar sus sueños"

Pedro Marcos
pedromarcos@efic.es