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Pedro Marcos
Coach personal y ejecutivo
Coaching Taurino y para el Alto Rendimiento

http://www.efic.es/
pedromarcos@efic.es

miércoles, 30 de marzo de 2011

“Dueños de nuestros propios sueños, sembradores de esperanzas”

La otra mañana, sábado mañana, me disponía a desayunar en familia, como cualquier otro sábado más, sin percatarme que en día “no laborable” estaba en ciernes de compartir con mi hija una de las experiencias que tanto difundimos y divulgamos gracias a nuestra profesión como coach; y lo tendría en mi propia casa!.

Como decía, preparando el momento del “manyar” vespertino se acercó mi hija y me dijo:

Papá sabes? – preguntó, sorprendida ya de lo que se disponía a contarme a la vez que entonaba la cuestión con un cierto aire de pedir la palabra y llamar mi atención-.

Qué cariño? – respondí mientras temía y no perdía cuenta del buen uso de los aparatos electrónicos-domésticos-.

He tenido un sueño, pero no me ha gustado –comentó, y paró, mientras su cara alegre se tornaba por un momento en una imagen triste de quien ha vivido una experiencia no buscada-.

He soñado que “me casaba en el cole” con Daniel (nombre supuesto por eso de mantener el anonimato), y a mí, A MÍ NO ME GUSTA!! – replicó poniendo sus pequeños brazos en jarra y frunciendo el ceño-.

Era tal la desolación momentánea de su mirada, que no pude por menos de parar todo lo que estaba haciendo, arrodillarme frente a ella y como si fuera la gestión más importante que tuviera que hacer en ese momento, e incluso una de las primeras incorporaciones vitales a su mochila de creencias (la cuál noto día a día que está empezando a llenarse), le dije:

Y … ¿por qué? (no supo contestarme), Y … ¿por qué has soñado que te casabas con Daniel?

Porque le gusto….. y a su término le volví a preguntar, sí cariño, pero … ¿por qué has soñado que te casabas con él y no con otro, o incluso con nadie?..., de nuevo no me supo contestar.

En ese momento, acariciándole la mejilla, mirándola fijamente y una vez notaba que sus cinco sentidos estaban alineados hacia mí, le comenté algo que todo lo más lejos de ser mentira, a veces nos olvidamos los que decimos que somos mayores (en ocasiones éste hecho tan sólo corroborado por el paso del tiempo y de los años):

Cariño, … ¿por qué has soñado con algo que no querías? ... ¿De quién es el sueño?... ¿A quién le pertenece? .

Cambiando su postura corporal, su expresión facial y sobre todo el volumen de su voz, me contestó, …, a mí papá.

Entonces, ¿por qué no soñar con lo que deseas? …tú eres la dueña de tus sueños, no permitas que nadie se cuele en ese espacio tuyo ni te diga lo que puedes soñar ni alcanzar. Piensa en lo que deseas, suéñalo y siembra esperanzas en tu vida..., al final recogerás tu propios frutos.

Sinceramente la lección fue más para el que escribe que para la que lo recibió, aunque sólo el tiempo y unas cuantas experiencias suyas me dirán algún día si esas palabras cayeron en el saco de las palabras sin fondo, o en el de la mochila con poso.

Un abrazo
Pmarcoach
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